Hola amigos, ya me encuentro bastante recuperado. Gracias a todos los que se ocuparon de mí.
Con gran alborozo en mi corazón canino, veo que se multiplican las acciones para ayudar a mis amigos que se encuentran abandonados, enfermitos o mal queridos. Esto dice mucho del ser humano; me indica que se han vuelto a encontrar con esos buenos sentimientos que otrora los distinguía de los irracionales. Esos buenos sentimientos que un día fueron opacados por el egoísmo, el materialismo y la indiferencia. Esos buenos sentimientos que no sé por qué, pensaban los humanos que los hacían parecer más débiles.
Gracias a Dios y a San Francisco de Asís que se dieron cuenta pronto que eso no es ser débiles sino ser más fuertes, ser más personas, ser más hijos de Dios y cumplir con su tarea: la de ayudar a sus hermanos más débiles.
Ojalá algún día, no haya más animalitos abandonados o maltratados y todos juntos podamos hacer una fiesta inolvidable junto con nuestros amados humanos.
Para ustedes, meneaditas de rabo y besitos.
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