miércoles, 17 de octubre de 2007

San Francisco de Asís y su amigo el lobo de Gubbio


(información tomada de la página, http://www.fraterfrancesco.org/ )

Les saluda hoy, HERR CAPITÁN.



El lobo de Gubbio: historia y leyenda
Esa misma tarde reemprendió la marcha, con intención de hospedarse, como otras veces, en el cercano monasterio de San Verecundo. Iba muy debilitado y consumido, a lomos del borriquillo, cubiertos los hombros por una basta tela de saco. La nevada debió de ser intensa, pues los lobos se veían obligados a bajar de los montes cercanos en busca de alimento. De ahí que algunos labriegos le advirtieran, desde sus campos: "Francisco, quédate con nosotros; no sigáis adelante, que andan por ahí unos lobos feroces que se comerán tu borriquillo y os harán daño también a vosotros". Mas él replicó: "Yo no he hecho ningún daño al hermano lobo, para que se coma a nuestro hermano asno; así que adiós, hijos, y vivid en el temor de Dios". Así de escueto es el relato contado por uno de los campesinos a uno de los monjes de San Verecundo, que luego, a finales del s. XIII, lo puso por escrito. Pocos años más tarde, entre 1322 y 1328, los Actus Beati Francisci et sociorum eius, fuente latina de
Las Florecillas (cap. XXI), añadirán la escena del encuentro con el lobo y su posterior amansamiento por el santo, a cambio del compromiso de los eugubinos de mantenerlo mientras viviera. Nacía así a una de las páginas más bellas de la literatura universal.
Autores recientes han creído ver en el el relato del lobo de Gubbio una velada referencia a la conversión de "El Lobo", famoso bandido de La Verna -o de Montecasale- que, según cuenta la leyenda, se hizo fraile. Sin embargo, antes de dar por buenas hipótesis sin fundamento, que no hacen sino sustituir una leyenda por otra, sería mejor prestar más atención a las fuentes, porque, con datos documentales en la mano, en Gubbio pudo haber habido algo más que el referido intercambio de palabras entre el santo y los campesinos, acerca de los lobos. Enrique de Avranches, por ejemplo, cuatro años después de la muerte del santo, escribía: "Se dice que un lobo famoso fue amansado por su intervención y reconciliado con una villa". Un pergamino de Gubbio, de 1267, refiere el hecho y lo sitúa en el lugar llamado Columna del Lobo. Del lobo de Gubbio habla también el Speculum Vitae, atribuido a fray Fabián Húngaro (1337), y el Liber de Conformitate, de fray Bartolomé de Pisa (1386). Del siglo XIV era también un fresco de la iglesia de San Francisco de Gubbio, hoy desaparecido, pero reproducido en un dibujo legalizado ante notario en 1655, que representaba al santo conduciendo un lobo a la casa de su amigo Giacomello Spadalunga, que lo espera a la puerta. Ilustraba la escena una frase incompleta que decía: "lobo malvado, no hagas daño..." Un siglo más tarde, en 1437, Sassetta pintaba también, en Borgo Sansepolcro, la escena del amansamiento del lobo a las puertas de Gubbio, mientras un notario toma nota del pacto acordado entre la ciudad y el animal. (Fratefrancesco.org - Fr. Tomás Gálvez)

2 comentarios:

Profesor Ciro dijo...

Es por eso que se dice que San Francisco de Asís, aun cuando protege a todos los animales, es el predilecto de los Lobos, Siberianos, Malamutes y todo tipo de alaskas.

Maribel

Lola, dijo...

Gracias Herr Capitán, por tan valioso aporte.